´´Nuestra guerra
espiritual. Nuestra gran depresión son nuestras vidas.´´
Aquel momento en el que decides salir de la rutina es crucial. Cuando
despiertas pero estas dormido, cuando vas a trabajar, pero estas distraído,
cuando sales a pasear por las calles, pero estas muerto. Muerto porque tu mente
está viajando y recorriendo lugares inimaginables, mientras tu cuerpo inerte y
robótico está en el pueblo en el que naciste, creciste y en el que morirás. Y
es en ese preciso momento cuando decides marcharte.
Mañana será el mejor día de tu vida Damián Cárdenas, probaras el mejor desayuno
de tu vida y tendrás el día más hermoso de tu vida. Repetía eso en mi cabeza,
cuando a 58 días de partir de México, de mi ciudad Durango, sumida en
violencia, secuestros, asesinatos, torturas y droga, fue ahora a mí al que me
toco. Uno ya no puede salir a la calle como antes, ya no puedes recorrer o
vagar por los lugares en los que lo solías ir a despejar tu mente, estábamos en
el lugar equivocado en el momento equivocado, en la vida equivocada, en la
ciudad y sociedad equivocada. Pues al entrar a una calle solitaria fue cuando
vislumbramos sumidos entre la noche, el olor a tierra y a muerte, los cuerpos
en bolsas negras justo como los ven en las noticias, dejándolos caer sobre un
barranco, un lugar al que nadie iría, y si aun así fueran, nadie diría nada
sobre los cuerpos, el reloj marcaba las ocho y treinta de la noche, una hora
pragmática, para lo que nos encontraríamos ahí. Nuestro error fue el morbo de
seguir adentrándonos en las tinieblas cuando observamos las 3 camionetas de la
policía (de la quica, de la chota, de la ley) totalmente apagadas, si bien en nuestro
país todos sabemos que la chota está coludida con el narcotráfico, ahí fue
cuando pensé ´´Ya valimos verga´´ ´´ahora si nos cargó la chingada´´, mientras
mi colega decía: Creo que no deberíamos de estar aquí, frene el carro y
comenzaron a brotar sujetos emergiendo del abismal barranco, armados, si sabía
que ya nos iba a llevar la chingada, pues había que darles batalla, arranque el
carro y eche en reversa, ya que era una camino de tierra estrecho y oscuro,
para mi mala suerte, todo por no rezarle a malverde ni a la Jenny, me estrelle
contra una pila de escombros, varado en el camino, seguía pensando no la van a
tener tan fácil, volví a acelerar y saque el carro di la vuelta y seguí el
camino, se escuchaban las torretas de las camionetas y decenas de pasos en
trote, las camionetas avanzaron con mucha más facilidad pues están hechas para
caminos de tierra. Dicen que cuando vas a morir vez tu vida pasar en un
segundo, pero esas son mamadas, lo que vez es lo que pasaría después de tu
muerte, aunque el mundo siga girando, para tu familia se detendría; lo más
decadente no sería yo, porque yo ya estoy muerto, yo ya no existo, la tristeza
la cargarían en los hombros mi familia, buscándome, mi rostro apareciendo en
anuncios en periódicos, su tiempo perdido en la Fiscalía con los mismos cerdos
que me asesinaron, quizá lo más triste sea su falsa esperanza que nunca se
apaga de que yo esté vivo en algún lugar. Lemus marcaba a su familia para que
al menos supieran que habíamos caído en pie de lucha, por ideales marxistas y
leyendas de anarquistas que alguna vez pisaron nuestra tierra, esos héroes de
los que solo se dicen historias, Revueltas, Villa, Madero.
Seguía avanzando evadiendo las
camionetas que se cerraban para detenerme, comenzaron los disparos y lo primero
que pensé fue que el viaje de mi vida se había arruinado, que mi exilio
político y mi vida como refugiado en Europa se habían acabado, grite a mi
colega que se quedara abajo y no se levantara por nada, las municiones
atravesaron el parabrisas trasero, y parte del vidrio del conductor cuando
divise al fin la carretera, Carretera a Mazatlán km 5. Ni siquiera era tan
lejos de la ciudad, los disparos en la oscuridad dejaban el olor a pólvora,
sangre y desolación, al fin lograron detenerme justo al pie de la carretera
mientras la gente veía, yo iba a ser ejecutado, 105 años de la revolución y aún
las mismas fachas del gobierno, los mismos instrumentos medievales y
maquiavélicos de terror psicológico y social hacia la población. Baje del carro
y 5 puercos se bajaron de las camionetas me pusieron el revolver en la frente,
en ese momento creí que la muerte seria rápida, pero llegaron los sicarios por
detrás, me pusieron otro revolver en las costillas, fue cuando creí que me
torturarían, luego violarían a Lemus, la matarían y me harían ver eso, y
después de interrogarme y grabar un video en el que saldría mi rostro cubierto
por un paño me golpearían hasta matarme, justo como nuestras mentes morbosas lo
ven en Elblogdelnarco.com, me golpearon y mi cuerpo cayó al piso, comenzaron a
patearme entre 8, me vieron el rostro y pregunto uno de los quicos a uno de los
sicarios: ¿Es este güey?, el sicario responde: No. – ¿Estás seguro?- vuelve a
preguntar el cerdo. Sí, no es. Me dejan de patear y me preguntan: ¿Qué estás
haciendo aquí? ¿Quién te mando? ¿Para quién trabajas? ¿De qué cartel eres?
Lo único que pensé fue que el único cartel que tenía era uno de Gloria Trevi.
Hablaban por radio comunicándose con el mismo Chapo Guzmán (obviamente no, eran
unos achichincles cualquiera o narcos wannabe). Nos dejaron ir ya que Lemus en
su hábil manera de convencer a las personas, los convenció de que estábamos
perdidos y no estábamos buscando problemas, lo cual era totalmente lo
contrario, queríamos evidenciarlos, hacer un llamado al pueblo para que
despierte de sus laureles y deje de traer esa venda en los ojos, ese día por un
´´pelo´´ como decimos en México, salimos vivos, no queda más que decir, Dios
nos agarre confesados, está historia es real.
´´La ley del plomo,
pórtate bien´´